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Irlanda

La Energía Comunitaria es una industria pequeña, pero en crecimiento. Tan solo hay unas cuantas comunidades que trabajan con proyectos de energía en el presente, sin embargo, el apoyo crece y el cambio está ya en marcha. Hoy en día, los proyectos de energía eólica y bioenergía son los que predominan.

En septiembre de 2013, el parque eólico de Templederry (con 4.6 MW instalados de capacidad), situado en Tipperary, se convirtió en el primer parque eólico comunitario conectado a la red eléctrica, y comenzó a vender electricidad renovable en beneficio de sus miembros. Hay otros dos parques eólicos en funcionamiento en Irlanda, en los que existe con beneficios comunitarios; uno con 0,68 MW en Innis Meain, en las islas Aran, el cual proporciona energía a la planta de desalinización de la isla, y otro con 0.66 MW en Burtonport, Donegal, que suministra electricidad a una planta procesadora de pescado. Otras cinco proyectos comunitarios están actualmente en proceso y es probable que se construyan en los próximos años, a la espera de la conexión a la red eléctrica y su financiación.

Además, también se han desarrollado proyectos de bioenergía. Toda la calefacción y el agua caliente de la Ecoaldea Cloughjordan, se suministra a través de un sistema de calefacción urbana alimentado por una caldera de biomasa y paneles solares, liderado por un colectivo sin ánimo de lucro. El proyecto Callan Nexus en Kilkenny es responsable de la instalación de sistemas de calefacción urbana de biomasa, pellet, en distintos lugares de las Comunidades de Camphill - una organización benéfica que trabaja con personas discapacitadas. Además, existe un creciente número de biocombustibles y bosques cooperativos que apoyan la inversión local en industrias de la madera y de biocombustibles en todo el país.

Uno de los mayores desafíos para la Energía Comunitaria en Irlanda es asegurar el acceso a la financiación y el asesoramiento en las etapas iniciales del proyecto cuando todavía existe incertidumbre y resulta arriesgado.  Los procesos para conceder licencias de instalación y conexión a la red son extremadamente onerosos y muy costosos para los pequeños gestores y conllevan retrasos significativos, ya que los plazos de tiempo suelen ser demasiado largos y caros para el mantenimiento a largo plazo de los proyectos de energía comunitaria. Los plazos desde la fecha de solicitud hasta que se recibe una respuesta pueden ser de hasta más de 5 años. Para las comunidades, que no cuentan con una financiación estable, estas barreras pueden ser inasumibles.

Sin embargo, las declaraciones recientes del Ministro de energía y comunicaciones, Pat Rabbitte, sugieren que la energía comunitaria tiene un futuro brillante: 'el proyecto Templederry es un modelo para el futuro y espero ver muchos más proyectos colectivos, donde la ciudadanía tome la iniciativa para suministrar energía a Irlanda en el siglo XXI'.

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